Un testamento es la declaración de últimas voluntades mediante la cual una persona puede determinar qué debe hacerse con su patrimonio después de su fallecimiento. Es un instrumento regulado en el Código Civil y nos permite evitar la aplicación de las normas de sucesión abintestato.
El testamento se refiere tanto al acto de testar como al documento que contiene las disposiciones testamentarias. Como acto de testar, consiste en la manifestación por el testador de sus últimas voluntades. Mediante estas voluntades, se puede determinar qué se hará con el patrimonio después del fallecimiento. Además, el testamento puede incluir otros elementos, como la designación de tutores para hijos menores o determinadas mandas y legados.
El documento de testamento contiene estas disposiciones testamentarias y es útil para interpretar la voluntad del testador. Por lo tanto, es importante redactarlo con la asistencia de un abogado y un notario para asegurar que cumpla con la legalidad y manifieste con precisión los deseos del testador.
En resumen, otorgar un testamento es una facultad que asiste a todas las personas naturales, excepto en casos específicos, como menores de catorce años o personas que no pueden expresar su voluntad. Si no otorgamos un testamento, se aplicarán las reglas de sucesión intestada, lo que significa que el reparto de nuestro patrimonio escapará a nuestro control.